sábado, 19 de junio de 2010

I've lost my muchness

He perdido mi muchosidad. Luego de una imprudente tarde de cine con mi amiga Yaya (viendo Cartas a Julieta - Ñoña recomendación, pero tienen que verla por las locaciones), me descubrí sola en casa. Entre las ociosidades que la soledad te permite, opté por revisar posts viejos de este blog.
No sé por qué razón me hice de este espacio, fue en 2004 cuando me suscribí. En aquel entonces no era necesario tener una cuenta Google, a pesar de que ya eran la misma melcocha. Esto fue uno de varios de mis extraños pininos en el internet, más allá de Latin Chat y Messenger. Pero bueno, ahí estuvo mi pobre blog, casi cuatro años en el abandono. Para 2008 ya le había encontrado el gusto a esta bitácora. Nunca fui una de esas niñas que coleccionaban pilas de románticos diarios, apenas pude llenar la mitad de uno a los 9 años, pero eso fue todo. Así que aquí estaba yo, a los 23 con una pasada euforia por el fotolog y redescubriendo la habilidad para "escribir". Subí algunas notas, curiosidades de la ciudad donde vivo, choros catárticos y uno que otro berrinche. Y a pesar de sus imperfecciones, esos textos eran YO. Esa esponja llena de vida y aire que recuerdo era en mis años de preparatoria, se colaba entre los renglones. No era una profesionista, estaba llena de dudas y boberas (no acepto comentarios respecto a esto jeje), pero también tenía mi muchosidad. Hace poco, cuando vi a la Alicia de Burton en el cine, un balde de agua fría me cayó encima. El sombrerero, que me recuerda a cierto caballero cuyo nombre no quiero mencionar, le dice a Alicia: "You were much more muchier (then)...You've lost your muchness." Y ¡juaz! Me mató. Me di cuenta de la triste verdad: Perdí mi muchosidad. Ya no escribo lo que pienso, sino lo que se me encarga. He estado leyendo más, eso no me lo puedo reprochar; pero escribiendo no. Y descubrí mi cabeza llena de tantas cosas, mi boca enojada por no hablar, mis lapiceros y lápices en algún lugar de mi bolsa o mi cuarto protestanto por el olvido. Mis pasteles y colores refunfuñando su suerte en un cajón del closet. Ya ni un dibujo, no digamos un texto. Y la cámara fotográfica me la mienta de cuando en cuando. ¿Qué le pasó a mi muchosidad? Tenía mi chiste, eso nadie me lo quita. Pero ¿y ahora? A veces siento que Peter Pan tenía razón, no debemos crecer. Pero luego se me viene este sentimiento parecido a la responsabilidad y me pone los pies en la tierra. Ya estoy vieja. Quizá mi subconciente malinterpretó esta premisa y la convirtió en un mantra negativo. No estoy vieja para mal, sino para bien, para madurar. O en cristiano moderno: ubicatex. Las deudas, la presión, la voracidad, la pereza, los compromisos, el miedo, la soledad, la indiferencia, la negación, la inocencia estupidizada, la dependencia... Un autocomplot. A pesar de todo, voy a recuperar mi muchosidad. ¿Y tú?


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2 comentarios:

El Signo de La Espada dijo...

No creo que te estés haciendo vieja, ni que te haya salido un ubicatex.

No creo que hayas perdido tu muchosidad.

Lo que pasa es que te has distraído. Distraído casi perpetuamente.

La muchosidad sigue ahí, es como cuando le pidieron/preguntaron a Pepe Le Peu, que diga, Remy LeBeau que abriera o que si podía abrir una puerta (o era una caja fuerte??) y dijo: "Estoy un poco oxidado, pero esto es como andar en bicicleta, una vez que lo aprendes no se te olvida jamás". Yo creo que eso le pasa a tu muchitud.

Unknown dijo...

No has perdido tu muchosidad, solo creo ke se durmió, por breves momentos!!!

tu muchosidad es la que te impulsa a escribir estas cosas, la que inspira a pensar distinto a los demas...

Gracia por llevarme a una reflexión interna que me rehusaba a efectuar!!

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